Los zoológicos son prisiones. Los animales están confinados en pequeños recintos de cemento que no se parecen en nada a su hábitat natural donde son incapaces de realizar sus comportamientos naturales como pastar, huir de lo que les asusta. En el zoo, los animales son incapaces de elegir con quién socializar y con quienes no. No pueden alejarse de sus heces ni respirar aire fresco. Los animales están atrapados en la ciudad y sus ruidos. Incapaces de correr, incapaces de volar. Rodeados de cercos eléctricos, sin poder ver el horizonte.
Los zoológicos son para las personas, no para los animales. Mantienen animales prisioneros en nombre de la conservación cuando los zoológicos tienen un impacto mínimo sobre las especies en peligro de extinción.
Debemos proteger a los animales salvajes y sus hábitats in situ en lugar de capturarlos y exhibirlos como trofeos.
Los zoológicos enseñan lecciones equivocadas sobre cómo nos relacionamos con el planeta y las demás criaturas que lo habitan.Porque ver animales cautivos en ambientes artificiales desprovistos de su contexto natural no educa a los visitantes sobre la especies en la naturaleza.
Además, los zoológicos matan animales sanos cuando no se ajustan a sus objetivos, porque al fin y al cabo es un negocio del entretenimiento. (Aparte de los animales que matan para alimentar a los animales carnívoros expuestos y a los visitantes que comen en sus restaurantes).