Nos gusta pensar que si mostramos a la gente las imágenes de lo que ocurre en las granjas y mataderos, inmediatamente querrán dejar de participar de estas industrias, pero en realidad esto no ocurre.
El activismo por los derechos de los animales puede ser llevado a cabo de muchísimas formas diferentes, tanto a título individual como formando parte de grupos y organizaciones.
Se trata de una carrera de fondo y es muy importante hacer buen uso de nuestro tiempo y creatividad sin que tenga un impacto negativo sobre nuestra salud mental. Algunos ejemplos:
Intentar abordar el fin de la explotación animal es una tarea gigante. No es necesariamente especista centrarse en un solo tema, animal, industria o empresa como pasos para lograr ese fin. Cuando el objetivo de acabar con la explotación animal es tan inmenso centrarse en objetivos pequeños y alcanzables, puede ser más motivador y realista que intentar conseguir que todo el mundo se haga vegan en poco tiempo.
Existen documentales sobre activistas y diferentes campañas que se han llevado a cabo en el pasado de las que podemos aprender lo que ha funcionado y lo que no: The Animal People, Jill Phipps, McLibel, Bold Native, Behind the mask…